Bochornoso duelo de lenguas entre Sixto y Mariano en Bailando por un Sueño

Anuncios

Luego de ver noticias en Tv, hacía zapping y algo llamó mi atención, era un programa local de concursos de baile que ocasionalmente vi, quizás un par de veces (unos cinco minutos cada vez como máximo), ya que la trillada conducción y escenas de baile no me engancharon; se trataba del programa Bailando por un Sueño Bolivia que ya va por su cuarta temporada de manera consecutiva por la red Uno.

Esta vez noté que al parecer se estaba capturando un buen nivel de rating, reflejado en «likes» de Facebook que iban subiendo acelederadamente (proyectados al vivo en pantalla). Decidí ver que pasaba pero me aburrí al rato por mucho bla bla y especulación rimbombante acerca del desafío planteado días atrás entre dos de los jurados del concurso, el dominicano Sixto Nolasco y Mariano de la Canal, argentino.



Hice algunas cosas y otra vez minutos más tarde volví a caer en el mismo canal, otra vez ya estaba a punto de darse el anunciado duelo en el Bailando por un Sueño, y dije, échare un vistazo, así podre medir como va el asunto de nuestra televisión.
Vi objetivamente y percibí cosas buenas como la producción en imagen y escenografía (con grandes presupuestos). Pero del contenido debo decir que me resultó chocante. Desde el intercambio grosero de vituperios, la incitación al enfrentamiento del público, el decir «un fans» o «espectacular espectáculo», pasando por «senos masculinos», falsos abdominales y bailes insípidos sobre-producidos. Escuché como el argentino provocaba con su lengua filosa a su contrincante, le tildó de falso y careta, dijo que cuando no se lo volvió a contratar anduvo por todos los canales hablando «pestes» de todos los del canal y de la red misma. Y seguía y seguía Mariano incendiando la pista con su boca que hizo explotar al dominicano quien volvió a ingresar al set (porque se había salido) para contestarle.

«Y a quién le importa el llorón este (…) tienes que colgarte de mi para poder coger likes, vamos a bailar y ahí te voy a callar la boca porque yo no tengo que hablar de tus estupideces en Argentina (…) Mira las verdades papi: Hizo películas pornográficas en Argentina, todo el mundo sabe quien tu eres mi amor, un llorón», respondió Nolasco ante la arremetida del argentino.

No es mi intención criticar destructivamente, al contrario, humildemente doy mi opinión y sugerencia; si queremos que nuestra producción se supere no debemos, primero que nada, rendirnos y esclavizarnos al rating como obviamente ocurre, ya que es bien sabido que la mayoría de los televidentes se sienten atraídos por la polémica y los líos de terceras personas, (aquello indudablemente resultado de trabas culturales, educativas y de idiosincrasia. Yendo más al fondo, consecuencia de manipulación y lavado cerebral diario mediante la abundancia de «programas» vacíos y frívolos). Hay talento y capacidad, lo que falta es hacer las cosas no por ganar audiencia, sino por ganar calidad en todos los rangos de la realización. Quizás es mucho pedir porque el rating genera sponsors y estos cubren los estipendios.

¿Será que es necesario sacrificar el contenido por la comercialidad superflua y ordinaria? ¿No será una infección que terminará creando más zombies televisivos y prostituyendo la producción propia?

La respuesta está en cada uno al momento de elegir o sintonizar estaciones televisivas. Lo que si puedo asegurar es que mientras se siga copiando shows foráneos como el Bailando por un Sueño y «criollizándolos», nuestros verdaderos creativos continuarán siendo desplazados por la mediocridad.

Por: Kiko Claure

Un comentario

  1. Adrián Suárez-Valda

    Un set televisivo convertido en un vulgar mercado, en el que dos extra-ordinarias verduleras hacen gala de su carencia de educación.
    Los rebalses del show-bussines argentino y dominicano, dando argumentos a los homofóbicos que sostienen que la conducta de los homosexuales es indigna a todas luces.
    Triste espectáculo, carente de nivel, carente de dignidad, carente de inteligencia y carente de cualquier reflejo que pueda dignificar al ser humano, cualquiera sea su orientación sexual.
    Este bochornoso espectáculo está mostrando claramente cuál es la línea de provocación de un canal televisivo, al que no le interesa qué está haciendo, con tal de levantar su rating. Muestra, asimismo, una total y absoluta ausencia de control de las autoridades llamadas a regular este tipo de espectáculos.
    Los animadores, para ratificar lo extra-ordinario del burdo espectáculo, en la tesitura marcada, callando cuando deben callar y azuzando cuando conviene a sus fines hacerlo.
    Tres frentes protagónicos unidos en una sola voluntad: Los dos desaforados «bailarines», el canal venal y contemplativo y las autoridades reguladoras, brillando por su ausencia.
    Ah! Un público enfervorizado, con una visible presencia de gays, que por cierto le hacen flaco favor a esa comunidad y un sector femenino aleccionado para «meter la leña al fuego».
    Burdo y triste, muy triste…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *